Batalla de Divorcio - BATDIV - Capítulo 195
—Verdad.
Daisy respondió tajante.
—¿Por qué? Te estoy dando la oportunidad de elegir un reto. ¿La vas a dejar escapar?
—No, gracias. De todos modos, sé que harás lo que te pida. Es mejor escuchar la verdad.
—Tienes razón. Eres tan sabia, mi reina.
Maxim la elogiaba deliberadamente, llamándola “reina”, un título que no le quedaba bien, solo para molestarla. Era increíblemente falso.
—Está bien, la verdad.
—Max, ¿por qué te gusto tanto?
La pregunta inesperada hizo que la mirada de Maxim se volviera un tanto seria.
—Explica a qué te refieres con más detalle.
—Al fin y al cabo, yo solo era una misión, una espía. Cuando descubriste mi identidad… Es lógico que te sintieras traicionado, ¿no?
Era un tema incómodo para Daisy, pero sintió que debía abordarlo ahora que tenía la oportunidad. Era la pregunta más adecuada, considerando el propósito del juego: preguntar verdades incómodas que se anhelaba conocer.
‘Me amas, sin importar quién seas. Es más, te amo porque eres tú’
Daisy, por su parte, sabía que Maxim era su objetivo y que no debía sentir nada por él, pero no podía evitarlo, y su amor era sincero. Sin embargo, la situación de Maxim era diferente.
No sabía cuándo se dio cuenta de su verdadera identidad, pero debió ser una decisión difícil. ¿No es extraño amar a la persona que vino a matarte?
—Pero el hecho de que me hayas protegido incluso después de saber mi identidad… No lo entiendo, por más que lo pienso.
‘… ¿Habrá sido por Reilly?’
No, probablemente no.
Si hubiera sido por Reilly, Maxim ya habría dicho muchas cosas significativas antes.
[Me amas, sin importar quién seas. Es más, te amo porque eres tú]
La dulce carta que le había dejado.
—Mi deseo es morir a manos de Izzy.
También las palabras que bromeando le dijo mientras le ponía las esposas durante un pícnic.
Ahora que lo pensaba, parecía que él sabía de lo que hablaba.
—No, debo preguntar esto primero. Entonces, ¿cuándo supiste que yo era una espía?
—¿Quieres que te lo diga con total honestidad?
—Claro.
—Desde hace mucho tiempo.
¿Desde hace mucho tiempo?
‘¿Acaso ‘Izzy’, el nombre que usó en su primera noche de bodas, no era un apodo, sino su nombre clave?’
Pero, ¿eso tiene sentido? La mirada sorprendida de Daisy vacilaba de un lado a otro.
—Sí, tal vez desde hace mucho tiempo yo deseaba ser el objetivo de Izzy.
—¿Qué quieres decir…?
—Te lo dije. Mi deseo es morir a manos de Izzy.
—… De verdad que eres extraño.
Daisy se quejó amargamente de Maxim, quien, sin importarle la otra persona, decía cosas ambiguas, como si fueran una broma o una verdad. No había forma de saber si estaba bromeando o hablando en serio.
—Sí, supongo que soy muy extraño.
Maxim se rio con desdén mientras miraba fijamente a Daisy.
‘Es extraño. Es lógico que lo sea’
Incluso él mismo pensaba que era extraño.
Maxim comprendía perfectamente la reacción de Daisy.
—Al principio, para ser sincero, me sentí traicionado y te odié.
‘¿Cómo te atreviste a odiarme y a guardarme rencor?’
Por eso te perdí en la primera vida, Izzy.
Estúpidamente, no pude confiar en ti, Izzy, y ordené tu ejecución.
Incluso después de que moriste, te odié. Aunque escuché la verdad, por un tiempo actué como si no la hubiera escuchado.
Al final, solo después de que todo terminó….
Me entristecí por mi cuenta de nuevo. Y para decirte que te amaba, decidí seguirte y me disparé en la cabeza.
Izzy, yo era esa clase de tonto.
—Más tarde, me lamenté mucho por la forma en que nos conocimos…
En la segunda vida, te perdí por la imprudencia que cometí siendo un niño débil.
En la tercera vida, confié de nuevo en ese poder y te perdí por mi imprudencia impaciente.
Y en la cuarta vida….
Caí en la apatía por los fracasos repetidos.
Pensé que, siendo un estúpido como yo, no merecía protegerte, y traté de no buscarte.
—… Pero no pude evitarlo.
Sí, de verdad que no pude evitarlo.
Cuando escuché la voz de otra mujer en el concierto de apoyo de la unidad donde debías estar, Izzy….
Cuando me dijeron que no había una cantante llamada Isabelle Travis en la orquesta.
Pensé que tal vez no estarías a mi lado en esta vida y sentí que me volvería loco.
—No importaba que muriera una y otra vez… Si volvía a nacer, aunque ya conociera el resultado, no pude evitar ir hacia ti, Izzy.
Aunque la vida se repita. Aunque existas como una maldición para mí en esta vida que parece un castigo interminable.
Me atrevo a amar esa maldición más que a mi propia vida.
Para grabarte en mis ojos, para protegerte, y para poseerte….
Tuve que dispararme en la cabeza de nuevo. No tuve más remedio que seguirte.
Porque soy tu perro, Izzy.
Aunque nací como un maldito bastardo sin remedio.
Es natural que un perro siga a su amo.
—… Es que así soy. No se puede evitar.
Los ojos de Izzy mostraban que se enfrentaba a un enigma.
Izzy, siempre has sido así.
—¿De verdad quieres morirte de hambre?
Cuando me ofreciste pan con tus manitas en la cárcel y me preguntaste cómo estaba.
—¡De todos modos! Max, tú… eres muy, muy extraño. Eres un tipo realmente peculiar.
Cuando me seguiste el juego en nuestro estúpido juego de la casita y me pediste matrimonio por primera vez.
—Porque me pareció que te verías linda.
—Director, yo…
—Sí, te ves hermosa.
Cuando antes de que me dispararas, me pusiste un anillo de diamantes en el dedo, sin pedirme matrimonio de forma elegante, forzándote con solo decir que te veías hermosa.
Cuando me dijiste que me matarías con tus propias manos o que me abrazarías. Y cuando no pude contener la alegría al verte en la boda donde te hiciste pasar por un objetivo, y te di un beso profundo.
O más bien, en todos los momentos que pasé contigo…
Ahora también…
Con esa mirada de “no entiendo por qué hace esto”.
Siempre me miras así.
—… Es mentira.
Te quejas de forma linda, como siempre lo has hecho. Como si a regañadientes fueras a aceptar.
No puedo evitar querer abrazarte, Izzy. Me pareces tan preciosa, tan valiosa, tan inquieta cuando te veo… Que simplemente no puedo soportarlo. No puedo evitarlo.
No me importa que me llames un loco. Es más, sí, estoy loco.
Desde hace mucho, mucho tiempo, estoy completamente loco por ti. Así que no importa lo que digas, estoy dispuesto a soportarlo.
—No es mentira.
—De todos modos, no está siendo específico… Solo está diciendo cosas ambiguas y, no sé… está exagerando mucho.
Ni siquiera ahora me crees.
¿Me creerías si te contara todo lo que ha pasado?
Entiendo perfectamente que no puedas creerme.
¿Cómo podrías creer que no puedo morir sin ti y que no puedo dejarte ir? ¿Cómo podrías creer que, por la bendición o la maldición de Dios, te perseguiré hasta que te tenga?
Por favor, no me creas.
Tengo miedo de que, si lo supieras, huyas de nuevo. Prefiero que pienses para siempre que soy un hipócrita.
No le importaba ser un bastardo mentiroso. Si podía estar al lado de Izzy, a Maxim le daba igual.
—¿Cómo puedo probarlo? ¿Debería morir aquí, frente a Izzy?
—¿Acaso se volvió loco?
—Sí, estoy loco.
Era una respuesta obvia. Maxim sonrió.
En contraste, Daisy frunció el ceño.
—No quiero limpiar un cadáver. Ya quiero vivir una vida tranquila. ¿Quieres que te castiguen y te expulsen?
—Ya he sido castigado lo suficiente. Estuvimos separados por dos años. Solo perdóname por esta vez.
Solo piensa en sí mismo.
Daisy miró a Maxim con desprecio, inflando sus mejillas.
¿De verdad debería pedirle que se vaya?
¿Qué pasaría si se resfría por dormir en el pasillo solo con una bata de baño?
Lo pensó por un momento, pero no le convencía la idea. No sabía por qué. Quizás no era una decisión racional.
Pero, sinceramente, no quería echar al hombre descarado que la miraba con tanta arrogancia.
Incluso para ella, era un gusto muy extraño.
—Está bien. Pero solo lo perdonaré por esta vez.
¡Chuac!
En ese instante, Maxim presionó sus labios sobre los de Daisy, que aún estaban inflados. Sus ojos se abrieron como platos ante el beso inesperado.
—¿Qué fue eso?
—Tenías los labios inflados. Pensé que querías un beso.
—¡Claro que no!
—Lo siento. Debo haberme equivocado. Interpretar las cosas a mi manera es mi especialidad, así que no pongas esa boca.
—… ¡Qué descaro!
—Es mi turno. ¿Verdad o reto?
Maxim interrumpió y le preguntó a Daisy.
Por supuesto, la respuesta ya estaba decidida.
—… La verdad.
—¿Acaso quiere besarme en este momento?
—¿Qué?
Antes de que pudiera responder, el rostro de Maxim se acercó aún más.
—Responda en tres segundos. O cambiaré la pregunta.
Aunque ella no había respondido, sus labios suaves se rozaban cada vez que hablaba, como si ya hubiera aceptado.
—Tres, dos…
—¡Ah, e-eso es…!
—Uno. Cambio la pregunta.
¡Chup!
Justo cuando el conteo regresivo terminaba, Maxim besó los labios de Daisy como si fueran un caramelo y, sonriendo, preguntó.
—¿Acaso quiere acostarse conmigo en este momento?
Una pregunta aún más difícil.
—¿Tampoco puede responder a esto?
—No, sí puedo.
Daisy no quería perder, así que decidió no evitar la respuesta.
Quizás por el alcohol que había bebido, o por los labios de Maxim, se sentía mareada y como si su cuerpo flotara.
—Tengo sed. ¿Me sirve una copa de vino?
—Claro.
Maxim inclinó la copa, bebió el vino de una vez y luego se inclinó para besarla.
El sabor dulce y amargo del vino se filtró en su boca. Daisy se lo tragó todo, tomó una gran bocanada de aire para llenar sus pulmones y respondió.
—Sí. Quiero acostarme con Max… ¡Hap!
Antes de que pudiera terminar su respuesta, sus labios fueron devorados por los de él.
Asure: Faltan 20 capítulos y termina :v
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Merry
Ya le contó todo! Increibleeee
Gracias por el capítulo Asure 🙂