Batalla de Divorcio - BATDIV - Capítulo 192
—Si no quiere comer, no lo haga.
—¿Quién dijo que no quiero?
Maxim agarró rápidamente la mano de Daisy, que sin expresión, intentaba guardar la caja de chocolates.
—A ver…
Luego, arrebató la caja de chocolates y se puso a mirarla. La caja de 16 bombones tenía diferentes formas.
‘Le gusta tanto el dulce… y solo ha comido cuatro’
—¿Por qué se ríe?
Daisy le preguntó con una expresión seria mientras Maxim se reía.
—No, ¿de verdad puedo comer de esto?
—¿Qué cosa?
—Parece que los está comiendo con cuidado. ¿Acaso se come solo uno al día?
‘¿Cómo lo supo? ¿Se me nota tanto?’
Maxim a veces era demasiado perspicaz.
El día que se vio obligada a ir a Montardie debido a su plan, Daisy compró chocolates caros por rabia. A ella le gustaba el dulce y tenía la costumbre de comer para desahogarse.
Había dicho que solo sería por medio mes.
Si compraba una caja de 16 bombones, podría comer uno al día, el día que estuviera más estresada o el último día, podría comerse uno extra como recompensa.
Los había atesorado, pero al final de cuentas, solo eran chocolates. No eran más importantes que la salud de una persona.
—Eso es cierto. Pero por más que los atesore, son solo chocolates. No se preocupe, puede comerlos.
—¿Cómo le agradezco?
—De nada.
—Claro que sí. Compartir lo que atesoras significa que atesoras a la persona con la que lo compartes.
‘Solo son chocolates’
Él insistió en darles un significado grandioso.
Como Daisy no respondió nada, él se metió un chocolate en la boca con una expresión satisfecha.
Mientras saboreaba el sabor dulce y amargo que se extendía en su boca, bebió otro sorbo de vino. Parecía que le gustaba el sabor, porque asintió lentamente.
—Combina bien con el vino.
—Me alegra que le guste.
Después de eso, siguió un silencio incómodo.
Ella le había dicho que comiera, pero después de comerse un bombón, él se dedicó solo a beber vino.
Esto es muy incómodo.
Tardará un poco en secarse el pelo.
Daisy echó un vistazo al reloj. Parecía que el tiempo pasaba aún más lento.
Sintió una mirada y, al girar la cabeza, se encontró con sus ojos gris-azules, que la miraban fijamente. Su mirada era tan intensa que su rostro se sentía caliente.
—¿Por qué me mira tanto?
—Solo. Porque eres bonita.
Ella sabía que él solía decir cosas cursis, pero en esa situación, escuchar algo así hizo que el ambiente se volviera extraño… Se sentía muy rara.
—No, yo… solo le pregunté si quería decirme algo, ya que me miraba fijamente.
—¿Decirte algo?
—Sí.
—Te amo, Izzy.
‘Ves. El ambiente se pone raro’
El rostro de Daisy se sonrojó de repente.
—Algo que no sea eso.
—No mucho. Tengo la costumbre de no guardarme las cosas por mucho tiempo.
La conversación se cortó de nuevo, lo único que quedó fue su mirada perezosa sobre ella.
Mientras él bebía, ella se sentía nerviosa sin razón. ‘¿Acaso me seguirá mirando así si no se le seca el pelo en toda la noche?’.
—Creo que la que tiene algo que decir eres tú, no yo.
‘Claro, le haré una pregunta’
No es que tuviera algo que decir, pero sería mejor si hablaban.
Pensándolo bien, había algo que quería preguntarle a Maxim.
—¿Su tía está bien de salud? Ah, ¿y Marigold?
—Me siento ofendido.
El rostro de Maxim se enfurruñó, como si de verdad lo estuviera.
—¿Lo único que te da curiosidad es saber de otras personas?
—Es que me preocupan.
Él había insistido en que su tía estaba bien…
Pero sinceramente, incluso después de haber salido de Waldeck con la ayuda de su tía, a Daisy le había preocupado su seguridad.
Si juzgaba por lo que había hecho con la monja y con Rose, parecía que no torturaba a la gente indiscriminadamente, pero con su historial, no podía estar segura.
‘Es verdad, ¿acaso no había una cláusula que prohibía los actos inmorales en el contrato? Todavía no estoy divorciada, como lo prometió en el contrato, tal vez la haya cumplido…… No sé’
No podía adivinar lo que haría.
—¿Por qué? ¿Crees que me habré vengado?
—¿Acaso no lo hizo?
—No te lo diré tan fácilmente. No creas que te saldrás con la tuya.
Maxim no era fácil de persuadir.
‘Ahora que no me lo dice, tengo más curiosidad. ¿Será que sí hizo algo?’
—¿Quieres saberlo?
Ella asintió.
—Ya que estamos aburridos, juguemos.
—¿Jugar? ¿A qué?
—A verdad o reto (Truth or dare). Es una especie de juego de la verdad.
‘¿Por qué de repente quiere jugar?’
Daisy abrió los ojos de par en par ante la propuesta de Maxim.
—Las reglas son simples. Tú me preguntas primero. ¿Verdad o reto? Yo elijo una de las dos. Si elijo ‘verdad’, me haces una pregunta. Yo tengo que responderla con sinceridad.
—¿Y si Max no elige ‘verdad’, sino ‘reto’?
—Entonces tengo que hacer lo que me pidas, sin importar lo que sea.
—¿Y si le digo que se vaya de aquí ahora mismo, lo hará?
—Sí. Pero estoy seguro de que solo diré la verdad. No creo que elija ‘reto’.
¿Que está seguro de que solo dirá la verdad?
Aunque era la primera vez que escuchaba de este juego y me sentía un poco nerviosa, no parecía ser algo malo para mí.
Sobre todo, me parecía mejor cambiar de tema y aligerar el ambiente, que seguir recibiendo esa mirada tan intensa en silencio.
Para eso, un juego era perfecto.
—Luego, cambiamos de turno, yo te pregunto a ti si eliges ‘verdad’ o ‘reto’. El juego sigue así, nos turnamos.
—De acuerdo. No hay problema. Yo también estoy segura de que solo diré ‘verdad’.
Pero antes de empezar, había algo que tenía que aclarar.
—¿No hay un problema aquí?
—¿Qué problema?
—Las reglas. Uno podría mentir y decir que es la verdad, o negarse a un reto.
—¿Por qué? ¿Acaso tienes la intención de hacerlo?
Maxim levantó una ceja, Daisy negó con la cabeza.
—No, no lo haré. Pero usted sí podría, así que quiero dejarlo claro.
—En ese caso, nosotros ponemos el castigo. Si hago algo de ese tipo, dispárame como castigo.
—¿Puedo entender eso como que aceptará cualquier cosa que yo le pida?
—Sí. Y espero que tú también estés dispuesta a lo mismo.
Maxim lo dijo con un rostro lleno de confianza.
—Como es la primera vez, ¿quieres empezar tú? Para que te acostumbres, empieza tú dos veces seguidas. Solo tienes que preguntar: ‘¿Verdad o reto?’.
Se me dio el derecho de atacar primero. No tenía razón para negarme.
—De acuerdo, Max. ¿Verdad o reto?
—Verdad.
Maxim respondió sin dudar que diría la ‘verdad’.
‘Qué bien’
Daisy decidió aprovechar para resolver sus dudas.
—¿Están bien la tía y Marygold?
—Sí.
—…….
‘¿Qué? ¿Eso es todo?’
Daisy entrecerró los ojos.
—¿Le parece divertido jugar de esa manera?
—¿Por qué? La tía y Marigold están bien. Es la verdad.
—Tiene que ser más específico para que valga la pena jugar.
—De acuerdo. Pregunta todo lo que quieras. Pero, también es de mala educación hacer dos preguntas a la vez, así que separemos las preguntas. ¿Primero quieres preguntar por la tía o por Marigold?
Como podía preguntar por ambas, no tenía que pensarlo mucho.
Después de un breve momento de reflexión, Daisy respondió rápidamente.
—Primero por la tía.
—Mi tía está sana y se queda en la residencia anexa.
Maxim respondió como si estuviera haciendo un favor.
—¿De verdad? ¿No está enferma?
—No, tuvo dolores de cabeza, pero ha mejorado mucho después de reducir el consumo de té y caminar. A menudo habla con la difunta reina consorte mientras caminan por el jardín, últimamente está obsesionada con las peonías que crecen en el invernadero.
Por la forma tan detallada en que lo dijo, no parecía ser mentira.
—Y…
Maxim pareció querer decir algo más, pero se detuvo.
Y, con una ligera sonrisa, añadió:
—Siempre duerme con un retrato de Izzy en su mesita de noche.
Daisy recordó el momento, antes de que Maxim regresara de la guerra, cuando su tía le dijo que siempre tuviera un retrato de él en su mesita de noche para que regresara a salvo.
—¿No puedes aguantar y soportarlo un poco más?
El día que Daisy le confesó que no era feliz, su tía le pidió que se quedara en Waldeck, pero también le dijo:
—…Este es mi propio deseo. Te apoyo sin importar quién seas, Daisy. Sin importar si eres Daisy von Waldeck o simplemente Daisy.
Al final, su tía había apoyado su decisión, Daisy pudo salir de Waldeck con su ayuda.
Ella no le había dicho adónde iba, por lo que su tía no sabía dónde estaba su sobrina política. Lo único que podía hacer era tener un retrato en su mesita de noche.
Entonces…
Su tía seguía esperando a Daisy von Waldeck.
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Merry
Buen juego 🤭
Ya faltan pocos capítulos para que termine la novela 🫣
Gracias por el capítulo doble de hoy Asure! Bonito fin de semana