Batalla de Divorcio - BATDIV - Capítulo 172
Al oír la pregunta de la tía, Daisy se detuvo a pensar un momento.
Aunque fue un instante, Daisy también tuvo una hija y había pasado por la misma experiencia que la tía.
Aunque no pudo tener en sus brazos a su bebé, al pensar en Reilly, solo había una cosa que lamentaba más.
—…¿No haberla protegido?
—No.
La tía negó con la cabeza.
—A mi manera, me esforcé mucho por protegerla. Intenté mantenerla dentro de la valla que me parecía más segura. Busqué un buen partido para casarla y consideré internados para disciplinarla y que no se hiciera odiar. No escatimé en medios para domarla.
—……
—Pero eso fue inútil desde el principio, porque ella tenía su propio camino.
Todos tienen su propio camino.
Pensándolo bien, la hermana Sophia también había dicho algo similar.
[Así como Daisy tiene lo suyo, Reilly también tiene lo suyo. Confío en que Daisy también respetará el camino de Reilly]
Y le había pedido que viviera por el bien de Reilly.
Daisy quiso vivir como la hermana Sophia le había pedido, pero mientras lo pensaba, al final, no pudo proteger a Reilly. «¿Habrá sido este el camino de Reilly?». «Si es así, ¿por qué nos dejó tan pronto?». Aún no podía saberlo.
—Al principio, la perdí y me culpé por no haberla protegido, pero fue una tontería. No importaba lo que yo hiciera, ella habría hecho lo que quería. Tenía un carácter muy fuerte. Tal vez la frase «proteger a alguien» en sí misma es una arrogancia. La vida de ella no me pertenecía.
La Anterior Gran Duquesa sonrió con tristeza.
—Pensándolo ahora, ciega por mi deseo de protegerla a mi manera… nunca apoyé ni animé sus decisiones. Eso es lo que más lamento.
La Anterior Gran Duquesa lamentaba no haber hecho algo tan simple y fácil en el pasado.
«Debí haberla escuchado al menos una vez».
«Debí haber confiado en ella en lugar de preocuparme o criticarla sin motivo».
«No habría sido difícil».
«Lo que ella quería no era una posición glamorosa, ni honor, ni estabilidad… sino simplemente ‘vivir feliz a su manera'». «Y lo dejé pasar».
La Anterior Gran Duquesa le puso un mechón de cabello a Daisy detrás de la oreja y la miró con cariño.
—Daisy, no te diré la mentira de que puedo protegerte. Pero creo que sí puedo animarte.
—¿De verdad?
—Somos Waldeck, y somos familia, ¿no?
Waldeck. Familia.
En ella no solo estaban Maxim von Waldeck o Reilly von Waldeck, sino también Olivia von Waldeck.
El sobrino que de repente había recibido el nombre de Waldeck y la sobrina política que intentaba hacerse pasar por su esposa.
Y hasta el bebé Waldeck que perdieron, para Olivia von Waldeck, todos ellos estarían fuertemente entrelazados bajo el nombre de familia.
—…Si yo…
Daisy, que había dudado por un largo tiempo, abrió la boca.
—…no soy Waldeck?
Para Daisy, también era una pregunta impulsiva.
Tal vez, la recompensa por un cariño tan atento era solo un capricho.
Pero, aun así…
No quería mentirle a la tía. Quería mostrarle un lado sincero, aunque fuera vergonzoso.
Ante la pregunta de Daisy, la Anterior Gran Duquesa se quedó sin palabras.
Era natural que estuviera desconcertada.
—Lo siento. Me dijo que me parecía a su hija. La verdad es que yo… no tengo recuerdos de mi mamá, pero pensé que si la tuviera, sería tan cálida como usted, así que…… me atreví a……
—…Daisy. No es eso.
Cuando Daisy intentó disculparse y balbucear, la Anterior Gran Duquesa le apretó la mano con fuerza.
—……
—Solo aguanta un poco y sé paciente, ¿sí?
Es un capricho. Olivia von Waldeck también sabía que todo era un capricho arrogante.
Las cosas que Maxim había hecho, impulsado por la terquedad y la arrogancia de querer proteger a Daisy…
Por mucho que se intentara ver de buena manera, eran difíciles de entender desde el sentido común.
Había encerrado a su esposa en un búnker en secreto, y por eso ella también había perdido al bebé que llevaba en el vientre.
Probablemente lo había hecho para mantenerla en una valla segura, al igual que la propia Gran Duquesa había hecho con su hija.
Pero al final, eso hizo que la otra persona se marchitara y se enfermara.
Tal vez, su hija también tuvo que escapar de su lado para sobrevivir, para poder respirar.
Ella sabía que era la maldita herencia familiar de los Waldeck.
Y por eso, sabiendo…
—…Esto es egoísmo mío. Y no importa quién seas, te apoyaré, Daisy. Ya seas Daisy von Waldeck, o simplemente Daisy.
La mano de la Anterior Gran Duquesa, que sostenía la de Daisy, se apretó con aún más fuerza y resolución.
—Porque he decidido no cometer el mismo error otra vez.
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Waldeck estaba pasando por un momento difícil.
Había discutido con Daisy de manera terrible. No, en realidad, Maxim había provocado a Daisy unilateralmente y al final le había rogado que aguantara por él.
Era una petición completamente egoísta.
Prefería que Daisy se enojara a que se quedara acostada, conteniendo el aliento.
Prefería que lo insultara, lo golpeara y lo escupiera a que se quedara con la mirada perdida.
Sentía que ella estaba muerta, aun estando a su lado. Y así, de esa forma, quería asegurarse de que Easy estuviera viva.
Easy no era de lágrima fácil. Durante sus vidas, prefería tragar veneno que mostrar lágrimas.
Pero cuando la arrinconó, Easy finalmente se echó a llorar.
—Qué voy a hacer, si te voy a olvidar.
La pequeña Easy que sollozaba diciendo que no quería olvidar.
—¡No necesito a alguien como tú! ¡Preferiría morir antes que seguir viviendo a la fuerza a tu lado…!
La Easy actual, que gritaba que prefería morir a estar a su lado.
Ambas habían hecho que Maxim entrara en pánico. Al escucharla decir que prefería morir, había perdido la razón.
Sentía que era verdad. Sentía que se iría de su lado sin remordimientos.
Porque Easy siempre había sido así. Se sacrificaba con mucha facilidad, lo soltaba de la mano, y elegía morir antes que ser abrazada.
Quería aferrarse a Easy de alguna manera, Reilly era solo uno de los medios para aferrarse a ella.
No le importaba si lo llamaban un padre cruel y frío.
Era algo obvio, si no hay madre, tampoco hay cría. Y ese pensamiento no cambiaría ahora, ni probablemente en el futuro.
Si Reilly era lo que los unía a los dos, él quería crearla de nuevo a toda costa, pero la situación no era la más adecuada. La Easy actual parecía tan frágil que se rompería con solo tocarla un poco.
Aunque no tuviera una solución brillante, pensó que lo mejor era no provocarla más.
En esta vida, se había casado con Easy y hasta habían tenido un hijo. Aunque ahora estaban pasando por una dificultad, también era la vida más satisfactoria. Era la vida en la que Easy se había quedado a su lado por más tiempo, y esta vez, la protegería hasta el final.
Así que, la situación simplemente estaba en suspenso.
Contrario a la situación dentro de Waldeck, la operación del general Maxim von Waldeck iba muy bien.
Hace poco, Maxim finalmente llevó al líder de los revolucionarios a la guillotina.
La ejecución se llevó a cabo en la gran plaza frente al palacio, bajo la atenta mirada de innumerables ciudadanos.
Sin embargo, ese día, la cabeza que se cortó no fue la de Conde Therese.
Para que Daisy von Waldeck ascendiera al trono como reina, no se podía permitir ninguna mancha.
Se había revelado al público que Daisy era hija de Conde Therese, y ese vínculo con él no era algo que se pudiera borrar.
Era una especie de dilema.
Así que se puso a uno de los líderes revolucionarios como el principal y se lo ejecutó.
Conde Therese fue sacado a escondidas y sería manejado en secreto.
Y si Easy era ascendida al trono como reina… por fin sería una Waldeck completa. Cuando el retrato estuviera terminado, le regalaría una habitación que había decorado para ella y le diría que se convirtiera en su reina. Y le pediría que le permitiera vivir a su lado, protegiéndola toda su vida, porque aunque había cometido muchos errores, seguían siendo una familia. Eso era lo que planeaba decirle.
—¿Qué te parece? ¿Está bien?
Maxim, que se estaba arreglando frente a un espejo, le preguntó a su ayudante.
Aunque era el uniforme que usaba siempre, hoy se lo había puesto más elegantemente.
Había recibido una nueva medalla de la familia real en reconocimiento a sus méritos al derrotar a los rebeldes, y de paso, se había mandado a hacer un nuevo traje de gala.
—Por supuesto, general. Realmente es digno del héroe de Antica.
El sastre, que le cepillaba los hombros, levantó los dos pulgares.
No era un cumplido vacío, incluso para el sastre que había hecho uniformes para oficiales de alto rango durante décadas, él era el mejor modelo.
—Ojalá también le parezca bien a los ojos de mi reina.
‘Incluso un héroe nacional es solo un hombre común y corriente frente a su esposa’
El sastre se rio en voz baja.
Maxim, sabiendo que era un cumplido simple, le dio una generosa propina al sastre y salió del taller.
Estaba de buen humor pensando en el evento que tendrían hoy en Waldeck.
La Anterior Gran Duquesa había propuesto pintar un «Retrato familiar de Waldeck».
Ya estaba preocupado por el distanciamiento con Easy, y esto le brindaba una oportunidad natural para unirlos bajo el nombre de «familia». Para Maxim, no había razón para negarse.
Con el reciente incidente, su ascenso al trono era casi seguro.
Maxim, con el permiso de la reina, había comenzado a decorar una habitación en secreto en el palacio anexo.
Junto a la habitación de la próxima reina, también había una habitación para el joven heredero de Waldeck.
En otras palabras, la «habitación de Daisy von Waldeck» y la «habitación de Reilly von Waldeck».
Sabía que había hecho cosas terribles, pero pensó que si le mostraba el futuro que tendrían juntos, su débil Easy, aunque se negara, acabaría ablandándose. Empezó a decorar con esa idea infantil.
Como no podía pedirle la opinión directamente a la interesada, le pidió la opinión a la tía.
Como resultado, lo que Olivia von Waldeck propuso fue el «Retrato familiar de Waldeck».
La familia real se había comprometido a enviar a un pintor talentoso.
Y Maxim escuchó que la boutique que Daisy solía frecuentar también vendría a Waldeck.
Era para adornar bellamente a la ama de casa de Waldeck, o más bien, a la futura reina.
Daisy von Waldeck finalmente saldría del búnker.
Así como él había jurado un nuevo comienzo con ropa nueva, sería bueno si Easy también pudiera cambiar de ánimo. «Ascender al trono». Aunque era un poco molesto, estaba satisfecho porque significaba que Easy estaría segura. «Nadie podrá tocar a mi Easy de forma imprudente».
Aún no se había hecho un anuncio oficial sobre el regreso de Daisy, pero como el asunto de los rebeldes ya estaba resuelto, se planeaba una gran cobertura en los medios pronto.
Pensó que sería una buena idea anunciarlo junto con el retrato que pintarían esta vez.
Con esos pensamientos sin sentido, Maxim se apresuró a regresar a casa.
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En el salón, esperaba el pintor real, que había desplegado sus lienzos y sus pinturas. Maxim miró de reojo su reloj de bolsillo. La hora acordada ya había pasado.
El empleado que había enviado para ver qué pasaba todavía no había regresado.
—Parece que le está tomando mucho tiempo arreglarse.
—Es algo común. Las damas suelen tener muchas cosas de qué preocuparse.
El pintor, sonriendo, intentó calmar el ambiente, pero Maxim estaba ansioso. Estaba moviendo la punta de su zapato, mirando la puerta, cuando escuchó un golpe.
‘¿Qué tan bonita se está arreglando para tardarse tanto?’
La persona que entró al abrirse la puerta no fue Daisy, sino el empleado.
—Su Alteza no está por ninguna parte.
Daisy von Waldeck había desaparecido.
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Merry
Ay, va a suceder otra vez!!!!
Gracias por el capítulo Asure.