Batalla de Divorcio - BATDIV - Capítulo 160
# Daydream 02
[Hoy también me envió un montón de hermosas rosas]
Maxim escuchó una tenue canción en la oscuridad.
Era una voz familiar de alguna manera, una que anhelaba.
[Me embriagué con su fragancia y soñé por un momento. Un sueño muy dulce]
Pensó que era el canto de un ángel.
Si estuviera con esa voz, no le importaría estar en el infierno.
¿Puede un ángel estar en el infierno? ¿Será el cielo?
Su vida merecía el infierno. No podía creerlo.
No podía ser.
No podía…
[La próxima semana, este sueño fragante también se desvanecerá.
Porque todas las flores se marchitan]
Era sin duda el susurro de un ángel.
Sí, claramente era un sueño.
Estaba soñando un sueño muy fragante y dulce, uno del que no quería despertar.
[Él me dijo: «No estés triste.
Porque te enviaré más la próxima semana»]
…….No estés triste.
Maxim murmuró la letra de la canción sin darse cuenta.
Y de repente, una voz joven se superpuso en sus oídos.
[No prometas. Te estoy esperando.
Así que no hagas ninguna promesa.
Solo quédate a mi lado en silencio]
Lo prometo. Me quedaré a tu lado.
Ahora, nunca más, no, jamás… te dejaré.
[Max]
Hacía mucho tiempo que alguien lo llamaba «Max».
Max.
El apodo que sus padres le daban, el nombre clave de Klin, el nombre con el que su Izzy lo llamaba. Se sintió tan bien que una sonrisa cosquilleó en sus labios.
[Max. Despierta. Ya tienes que entrar]
La voz joven seguía quejándose.
La voz que le pidió que no la olvidara. La voz que él finalmente había arruinado.
…….Izzy, eres tú.
Finalmente nos encontramos. Ahora te encontré.
Lo siento.
Por olvidarte. No, por no poder olvidarte.
Lo siento.
Por codiciarte. No, por no poder protegerte.
Aun con los ojos cerrados, sus ojos se llenaron de lágrimas.
—¡Maxxx!
Una mano desordenó su cabello juguetonamente y Maxim abrió los ojos perezosamente.
Al instante, se encontró con una cara redonda que lo miraba.
—¿Dormiste bien?
Por un momento, se olvidó de respirar.
Maxim parpadeó lentamente y las lágrimas acumuladas rodaron por sus mejillas.
Su vista se aclaró y vio un rostro anhelado. Ojos que parecían tiernas hojas de principios de verano, un rostro claro, mejillas tan blancas como el sol, luciendo inmejorablemente frescas.
Sí, eres tú, Izzy.
Frente a él estaba claramente Izzy de niño.
—¿Por qué lloras? ¿Tuviste una pesadilla?
Izzy preguntó preocupado y limpió las lágrimas de Maxim con la punta de sus dedos.
Llevaba una margarita detrás de la oreja, y en su dedo anular izquierdo, claramente… un anillo hecho de margaritas.
Una brisa suave sopló y acarició su mejilla mojada. El sonido de las flores silvestres meciéndose con el viento, el lejano canto de los pájaros del monte se oían a lo lejos.
Hubo un momento tan pacífico entre tú y yo. No importaba si era un sueño o el infierno, solo quería que este momento fuera eterno.
Miró a su alrededor y todo era una pradera.
Maxim estaba acostado en el regazo de Izzy sobre un mantel de picnic.
Cuando volvió a mirar hacia arriba, Izzy lo miraba fijamente con una cara llena de curiosidad.
—¿Todavía no estás soñando, verdad? ¿Ya te levantaste?
Los ojos de Izzy se curvaron juguetonamente y pellizcaron la mejilla de Maxim.
Dolió. No era un sueño ni una ilusión.
¿Había regresado a su infancia?
¿Había regresado a ese primer día en que jugaron a las casitas?
……Imposible.
¿Volver a ver a la pequeña Izzy? ¿Un momento así podría permitírsele a alguien como él? …No, ¿y qué?
Izzy estaba frente a él. Su corazón se desbordó de emoción.
Aunque fuera descarado, si le daban este momento, prometió que nunca más soltaría su mano.
—Menos mal. Ey, como no te levantabas, pensé que te había pasado algo. Hace un rato, cuando estábamos jugando, comiste hierba, ¿no? Por eso…….
Izzy, sin saber lo que pasaba por su mente, murmuró con las pestañas bajas.
Su apariencia seguía siendo insoportablemente adorable.
—…….Te amo.
Las palabras salieron como si estuviera hechizado.
Las palabras que tanto quería decirle directamente. Esas palabras salieron con una voz joven.
Quería seguirte y me disparé en la cabeza.
Parece que yo también te seguí y me volví tan joven como tú.
—¿Eh?
—Te amo, Izzy.
Cuando la sorprendida Izzy volvió a preguntar, Maxim confesó una vez más como si quisiera grabarlo.
—¿De repente……?
Izzy preguntó aturdida por la confesión repentina.
—¿Por qué te pones así de repente?
—Solo, porque quería decírtelo.
—…Qué raro.
Izzy refunfuñó, giró bruscamente la cabeza y evitó la mirada.
Cuando era pequeña también era muy tímida.
Las orejas, donde llevaba la margarita, estaban rojas como si fueran a explotar.
—Aun así, qué suerte que dormiste bien, aunque sea un ratito, ¿verdad? Parece que esta canción es una canción de cuna.
Con la cara sonrojada, debió de estar avergonzada por todas las tonterías que decía.
—No, en lugar de solo «flores», dime «Te amo».
—¿Eh?
Cuando cantó la última línea para completar el primer verso, Izzy abrió los ojos de par en par.
Maxim tomó la mano temblorosa de Izzy.
—La siguiente letra es esa. Así que esta no es una canción de cuna, sino… una canción de amor.
Cuando la sorprendida Izzy intentó retirar la mano por reflejo, Maxim entrelazó sus dedos de forma natural.
Y jugueteó con el anillo de margaritas con la punta de sus dedos.
—Es una canción para la persona que amas.
Izzy se quedó en silencio por un largo tiempo.
Mientras intentaba no moverse con la mano entrelazada, abrió lentamente la boca.
—…De acuerdo. Es una canción de amor.
Justo cuando sus manos entrelazadas empezaron a sudar, Izzy tiró del brazo de Maxim para levantarlo.
—Vamos, hay que entrar antes de que nos regañen, Max.
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¿No será un sueño?
Por un tiempo, Maxim no pudo pensar en otra cosa.
Pero para ser un sueño, todas las sensaciones eran demasiado vívidas.
Le dolía cuando se pellizcaba la mejilla, y al frotarse los ojos, nada había cambiado.
No quería soltarla de nuevo y le pidió que se quedaran juntos, pero Izzy se fue de forma altiva, diciendo que tenía cosas que hacer. Sin poder hacer nada, regresó a su habitación, durmió un rato y al despertar, todo seguía igual.
Si esto no era un sueño, ¿entonces los recuerdos de adulto habían sido un sueño?
No es que no lo hubiera pensado.
—…….
El albergue en plena noche.
En el silencio de la noche, Maxim miró a su alrededor sin hacer ruido. Los niños, agotados por el duro entrenamiento, dormían profundamente.
El lugar de Maxim era el rincón más cercano a la ventana, el último.
Era un lugar que todos los niños evitaban, porque en verano hacía calor y en invierno hacía frío, pero también era un lugar donde, en la noche oscura, un rayo de luz de luna caía por completo.
Maxim sacó con cuidado el collar que llevaba al cuello.
Un collar con relicario y una placa de identificación militar. Eran cosas que Maxim siempre llevaba consigo.
Al abrir el relicario, un retrato familiar apareció, iluminado por la luz de la luna.
El retrato en el collar era claramente la imagen de Izzy, quien trabajaba como cantante bajo el nombre de «Isabelle».
La conclusión que se podía sacar de esto era simple:
Había regresado al pasado. Con la Izzy del collar.
¿Dios le había dado una oportunidad más?
No podía saber cómo había sucedido, pero lo que Maxim tenía que hacer estaba claro.
Estar al lado de Izzy.
Y proteger a Izzy pase lo que pase.
Solo eran dos cosas.
Maxim cerró la tapa del collar y lo envolvió con ambas manos como si estuviera orando.
Hagámoslo de alguna manera. A partir de ahora, encontraré un camino.
Mientras repetía su promesa, de repente, un destello, una luz tenue, apareció.
Era la luz que se producía al reflejar la luz de la luna con un espejo.
Y quien hacía esto, claramente era…
Maxim se levantó sin hacer ruido y salió con cuidado del albergue.
Izzy lo esperaba frente a la ventana.
Con algo envuelto.
Ah, hoy era ese día. El día en que lo ayudaste a escapar, unos días antes de la ceremonia de iniciación.
—Hay una condición.
Izzy le impone una condición a cambio de su ayuda. Recordaba cuál era la condición. No era fácil deshacerse de ese recuerdo grabado.
Sus grandes ojos brillaron como estrellas empapadas de agua.
—Te ayudaré a escapar, así que no olvides a mamá y a papá…….
Era ese día, sin duda. El día en que, aunque fingía ser fuerte, su voz temblaba claramente.
—Tampoco me olvides a mí.
Dijo las mismas palabras que aquel día.
Así que hoy era ese día. El día en que se separaría de la pequeña Izzy.
—No olvides que fui tu amigo. Si me olvidas, te mataré.
Imposible. ¿Cómo podría hacer eso? Incluso ahora, teniéndote delante, te extraño infinitamente.
—Yo nunca te olvidaré.
Maxim respondió de la misma manera.
En las mejillas de Izzy, las lágrimas rodaban, y ella las limpió con el dorso de la mano con rapidez.
—¿Qué hago? Te voy a olvidar.
Parecía que no quería que la vieran llorar.
Tenía un sinfín de cosas que decir, pero no podía pronunciarlas.
La memoria de adulto grabada en su interior. Porque eso era un dominio que la Izzy de ahora, la niña, no conocía.
Entonces, ¿qué respondí yo en ese momento?
No, qué importa eso. Lo importante es ahora.
—……No, no te olvidaré.
Pero quería decir al menos estas palabras.
—¿Eh?
—Vamos juntos.
Los ojos de Izzy, que estaban a punto de llorar, se abrieron de par en par.
—Vamos a escapar juntos.
Siempre estaré a tu lado.
Porque en esta vida, sin falta, te protegeré.
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Merry
Aaaaayyyyyu mi cora! 🥺
Gracias por este capítulo Asure!