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Batalla de Divorcio - BATDIV - Capítulo 159

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Novel Info

La oficina en plena noche estaba en silencio.

Mi cabeza estaba aturdida por no haber podido dormir bien. Era como si mis ojos estuvieran abiertos aunque los tuviera cerrados.

Tan pronto como regresó del palacio, Maxim se detuvo aquí para echar una cabezada.

Maxim, recostado en su silla, se quitó la medalla que llevaba en el lado izquierdo del pecho, la dejó sobre el escritorio y la miró fijamente.

 

—……

 

La operación de purga contra la facción revolucionaria había concluido con éxito, con el fusilamiento de su líder, Conde Therese.

La familia real, en reconocimiento a su dedicación a la seguridad de Antika, le había otorgado a Maxim un título nobiliario y una condecoración militar.

A pesar de ser un bastardo real, era un honor excesivo para un oficial que solo había sido mercenario. Era como si se le abriera un camino de rosas.

Esto, en esencia, era un trofeo que simbolizaba la venganza y la victoria de Maxim.

Durante más de diez años, había vivido pensando únicamente en la venganza, finalmente le había puesto un punto final con éxito.

¿Qué le quedaba? ¿Su posición como militar? ¿Un título vacío? No importaba. Nada le daba una razón para respirar. Incluso si lo tirara ahora mismo, no sentiría ningún arrepentimiento.

Entonces, ¿para qué lo hizo? ¿Para qué, en definitiva…?

La respuesta ya la conocía. La venganza no cambiaría nada, sus padres muertos no volverían a la vida.

Simplemente vivía porque no podía morir, y la venganza era el precio que tenía que pagar por una vida que había sobrevivido solo.

¿Esperaba algo de la vida después de la venganza?

….…Sí, había una cosa.

Maxim, que había pensado en algo, sacó una caja del gabinete y la volcó sobre el escritorio. Entre los objetos dispersos, se vio un anillo de diamantes.

Era hermosa. Esos dedos blancos y delgados que lo llevaban.

Las pestañas que parpadeaban, los hoyuelos que se hundían tímidamente… Incluso esa mirada verde clara que revoloteaba.

Eras realmente hermosa.

 

—……Izzy.

 

Solo quería a Izzy.

No pudo proponerle matrimonio, pero se había prometido a sí mismo que, una vez que la gran empresa terminara, la tendría por completo. Había planeado estar con Izzy al día siguiente de terminar su venganza. No había un plazo para esa decisión.

Pero ahora…….

La venganza había terminado, Izzy no estaba. Solo quedaba un terrible vacío.

¿Qué había hecho mal?

¿Qué…?

¿Fue un error confiar sin reservas?

El inicio de todo fue confiar en Charles y dejarle el collar.

¿Fue un problema que confiara en ti? ¿La avaricia de quererte a mi lado porque confiaba en ti me hizo perderte al final? No, es absurdo.

Fue porque no confié en ti. Porque yo, lamentablemente, no pude confiar en ti. No lo sé.

Debe haber algo que hice mal. Si yo lo hice mal, entonces salió mal.

Todo es mi culpa.

Todo es mío…….

Es completamente mi culpa. Yo me equivoqué.

Por eso pasó esto.

Era como si una autodegradación sin fin le carcomiera la mente.

Honestamente, era difícil explicar específicamente qué había hecho mal. Simplemente se sentía aturdido, como si le hubieran golpeado fuertemente en la cabeza.

Por fuera, pudo haber parecido un soldado racional y respetuoso de los principios, pero su alma estaba muerta.

Con la excusa de la verificación, había guardado las pertenencias de Izzy y había pospuesto abrirlas hasta que todo terminara. Las había guardado, pero no se atrevía a abrirlas. Así que se esforzó por ignorarlas.

En cambio, terminó todo con calma, recibió la medalla y bebió el vino de celebración. El perro de Antika interpretó a un héroe perfecto para la familia real.

Después de eso, toda su energía se disipó y sintió que todo carecía de dirección.

 

—¿No lo entiendes? Izzy hizo esa tontería a propósito para salvarte.

 

No quería creer las palabras de Conde Therese.

Él parecía complacido, como si estuviera lanzando una maldición.

De hecho, hasta que terminó este asunto, Maxim actuó como si no hubiera oído esas palabras.

Maxim no confiaba en las palabras de los demás. Aunque todas las pruebas circunstanciales encajaban perfectamente, pensó que incluso si Izzy lo había hecho para protegerlo por amor, ahora no cambiaría nada. Izzy ya estaba muerta, eso no podía revertirse.

Por eso, había metido la caja de sus pertenencias en el gabinete y había tratado de no abrirla.

Pero…… sin darse cuenta.

Tuvo que sacarla, como si fuera arrastrado por una fuerza. Eso fue todo.

Maxim revisó cada una de las pertenencias. Vio el reloj de bolsillo que ella siempre llevaba y abrió la tapa.

El tiempo se había detenido.

Paradójicamente, Maxim pensó que el reloj roto de Izzy marcaba la hora exacta.

A pesar de que estaba detenido, tuvo la ilusión de escuchar el tictac, el sonido de los engranajes encajando.

Eran solo objetos viejos.

También había guardado por separado las entradas de la obra de vaudeville a la que fueron juntos y las tarjetas que había enviado con los ramos de flores.

No sabía qué decirle, así que le había escrito la letra de esa canción.

 

[Hoy también él me envió un hermoso ramo de rosas]

 

La primera tarjeta era el primer verso de la canción. En la siguiente tarjeta.

 

[Me embriagué con su fragancia y soñé por un momento. Un sueño muy dulce]

 

Estaba escrito el siguiente verso.

Parecía que los había coleccionado diligentemente en el orden en que los recibió.

 

[La próxima semana, este fragante sueño también se desvanecerá.
Porque todas las flores se marchitan]

 

Maxim murmuró la letra de la canción sin darse cuenta.

 

[Él me dijo: «No te entristezcas.
Te las enviaré de nuevo la próxima semana»]

 

No te entristezcas. La próxima semana también…

Como la letra de esa canción, le había enviado un ramo de rosas cada semana.

 

[No prometas. Te estoy esperando.
Así que no hagas ninguna promesa.
Solo quédate a mi lado en silencio]

 

La letra de la canción era solo la primera estrofa.

Antes de que comenzara la segunda estrofa, Izzy había enviado la carta de rechazo.

Si en ese momento no hubiera hecho ese ridículo ramo de margaritas, si no hubiera ido a verte por última vez, ¿estarías viva, Izzy?

 

—No lo recuerdo bien… pero creo que fue desde que era pequeña. Mi mamá solía cantar esa canción a menudo. Sin razón aparente… como un tic. Por eso creo que a mí también me empezó a gustar.

 

Recordando, cuando le pregunté sobre la canción, Izzy habló como si estuviera transmitiendo una historia que le habían contado.

Desde que era pequeña. Su mamá, sin razón aparente, como un tic.

Fue Max quien le dijo que cantaba esa canción a menudo.

Debió pasar por el rito de iniciación y sus recuerdos fueron borrados, pero el rastro de Max aún permanecía tenuemente.

Izzy, no me habías olvidado. No, me habías olvidado, pero luchaste con todas tus fuerzas para no hacerlo.

No debiste hacerlo. Debiste olvidarme por completo.

No debiste seguir cantando esa canción tan rústica por mí.

Entonces quizás no nos habríamos cruzado.

Cada vez que tocaba un objeto, sentía el pecho tan oprimido que me costaba respirar.

Al terminar de organizar el resto, solo quedaba un diario.

Sí, las conjeturas eran inútiles. Solo Izzy sabría lo que había en su corazón.

Maxim, como hipnotizado, comenzó a leer su diario. Al principio, el contenido era trivial. Que le dolía el estómago por usar ropa muy ajustada, o que el director era un tacaño. Estaba lleno de quejas adorables, muy propias de Izzy.

 

[Llegó un ramo de flores de ese hombre. La tarjeta tenía la letra de una canción. Fingí que no había pasado nada. El director está en un alboroto. Pronto se enterarán. Se ha vuelto muy problemático]

 

Después de pasar algunas páginas, finalmente apareció contenido que conocía. Era el diario escrito el primer día que le envió flores.

 

[Todos los lunes a las seis de la tarde. El ramo de flores que llegaba como por arte de magia no llegó hoy. Parece que la carta de rechazo llegó bien. No sé si me siento aliviada o qué. Tengo una sensación extraña. Debería ir a comprar una caja de chocolates]

 

Era el diario escrito después de rechazar el ramo de flores.

 

[No debí haberme dejado llevar por ese maldito ramo de margaritas. No, no debí haber entrado a la habitación del hotel. No debí haber bebido el trago. Me volví loca, me volví loca. Me dan ganas de golpearme la estúpida cabeza. Sí, fue solo una noche. Nos conocimos, nos atraímos, dormimos. Y se acabó]

[¿De qué sirve lamentarse ahora? Lo que tiene que pasar, pasa de todos modos. Inevitablemente, como un desastre natural. Esto también fue una de esas cosas]

 

Después del primer sexo, estaba lleno de arrepentimiento y autojustificación.

 

[Bueno, las flores son bonitas. Cierto, el hombre es el pecador, las flores no tienen la culpa.
Dije que no me gustaba que se marchitaran, Sally me enseñó cómo conservar las flores por más tiempo. De todos modos, me gustan las flores. Porque solo las flores son bonitas incluso muertas]

 

En esa página, había una flor de margarita prensada y seca, como un marcapáginas. Parecía que la había guardado durante mucho tiempo. Un juego tan insignificante le oprimía el corazón con un peso suave.

 

[Es solo una relación física. No hay necesidad de darle un significado complicado. Pensé que si rechazaba el sexo, naturalmente se iría. Pero por primera vez, tuvimos una cita]

 

Detrás de la cita impulsiva había una historia oculta.

 

[Descubrí algo en el bolsillo interior de su chaqueta. Era una pequeña caja de anillos. Estaba aturdida y simplemente no quería creerlo. ¿Por qué este hombre, a mí…? ¿Qué podría hacer yo por él? Pensé que no me quedaba más remedio que hacer como que no lo veía. Pero él, a regañadientes, me ofreció el anillo]

 

También había una reflexión sobre el anillo ofrecido sin propuesta de matrimonio.

 

[No debí haberme puesto ese anillo. Debí haberlo rechazado. Pero no pude hacerlo. ¿Por qué? ¿Porque el anillo era tan bonito? ¿Porque la mano de ese hombre que sostenía la mía temblaba levemente?]

[¿Qué es lo que yo… espero de ese hombre? No lo sé. De repente, una avalancha de miedo inexplicable me invadió]

 

Su expresión solo revelaba confusión. A partir de entonces, siguieron escritos desordenados, sin siquiera un formato de diario.

 

[¿Podría yo matarlo?]

[Si no lo hago yo, otra persona lo matará]

[¿Podría soportar que él muriera?]

[…No lo sé]

 

Había manchas de tinta corrida sobre la caligrafía desordenada, como si hubiera llorado.

 

[Lo que tiene que pasar, pasa. Pensemos solo en lo que podemos hacer por nosotros mismos]

 

Con esta frase, el diario terminaba.

Entonces, Izzy.

Lo que hiciste al final…

Maxim cerró el diario y luego bajó los ojos con fuerza. Permaneció aturdido, como engullido por la oscuridad.

Entonces, de repente, sacó el collar con el retrato de Izzy.

 

—Qué hermosa eres, Izzy.

 

Izzy apareció, y luego se desdibujó. Su visión parpadeó. Sus mejillas, antes secas, se humedecieron sin cesar.

 

—No. No desaparezcas.

 

Maxim apretó el colgante, casi aullando.

 

—Por favor… Izzy.

 

Llamó a Izzy una y otra vez con desesperación, como en una oración. Y como respuesta a su ruego, comenzó a escucharse una melodía familiar.

 

[Hoy también él me envió un hermoso ramo de rosas]

 

Escuchó la voz de Izzy en su oído. La voz de su madre ya no se escuchaba. Solo la voz de Izzy.

 

—Hoy también él me envió un hermoso ramo de rosas.

 

Maxim comenzó a tararear la canción siguiendo a Izzy. Su voz, húmeda, temblaba.

 

—Me embriagué con su fragancia y soñé por un momento. Un sueño muy dulce.

 

Esa sonrisa blanca que le mostraba seguía apareciendo ante él. Recordó su costumbre de usar jabón con aroma a rosas, y cómo se alegraba con la inocencia de un niño frente a un pastel.

 

—No prometas. Te estoy esperando. Así que no hagas ninguna promesa.

 

Su voz fue devorada por los sollozos. Le costaba incluso respirar correctamente. Aunque lloraba de forma vergonzosa, Maxim no dejó de cantar la canción de Izzy.

 

—Solo quédate a mi lado en silencio.

 

Después de cantar la última línea de la primera estrofa. En mi mente, solo había un pensamiento: tenía que quedarme a tu lado, Izzy.

No, esto no fue el final.

Quedaba una estrofa más.

 

[No, solo dime que me amas, en lugar de flores]

 

Debí habértelo dicho. Sin dudar. Sin miedo. Sin importar la situación, debí habértelo dicho.

Te amo, Izzy.

Te amo. Te amo.

Te amo.

Te amo.

Te amo…

Quería decírtelo directamente.

Para que pudieras escucharme.

 

¡Bang!

 

Con el disparo, el cuerpo de Maxim se desplomó.

Maxim puso fin a su primera vida. Cuando abrió los ojos, había regresado al pasado.

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Comments for chapter "Capítulo 159"

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1 Comment

  1. Merry

    Dios mioooo! Su primera vida!
    Necesito más información, hasta dónde regresará 🤭
    Gracias por el capítulo de hoy Asure’

    julio 29, 2025 at 10:56 pm
    Responder
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