Batalla de Divorcio - BATDIV - Capítulo 102
Biblioteca de la casa de la ciudad de Waldeck.
La Anterior Gran Duquesa Waldeck repasaba con ojos serios la carta dirigida a «Daisy von Waldeck». Daisy, conteniendo la respiración, esperaba con el corazón en un puño la respuesta de su tía.
Hace poco, había llegado una carta de la esposa de Coronel Dudley. El contenido de la misiva era el siguiente:
[Este año, la Asociación de Esposas del Ministerio de Guerra desea celebrar nuevamente su ‘Subasta Benéfica’
La ‘Subasta Benéfica’ es un evento anual de la Asociación de Esposas para conmemorar el ‘Día del Soldado’, es tradición que la esposa de la persona de mayor rango sea quien presida y dirija el evento.
Al ser el primer evento después de la gran victoria, la Casa Real también tiene grandes expectativas puestas en esta subasta benéfica.
Su Majestad la Reina ha propuesto que Su Alteza, la ‘Esposa del Héroe’, sea quien presida este evento. Creemos que, como esposa de Gran Duque Waldeck, el héroe de Antica, no hay nadie más adecuado que Su Alteza en términos de simbolismo.
Para conmemorar este evento, Su Majestad la Reina ha prometido personalmente donar una pieza de la colección real para la subasta.
Lamentamos informarle con tan poca antelación.
Entendemos que se sentirá muy preocupada por la gran responsabilidad, pero yo, como su predecesora, la asistiré diligentemente para que pueda llevarlo a cabo sin problemas.
Esperamos que Su Alteza acepte con alegría.
Gracias]
Aunque externamente adoptaba la forma de una petición, Daisy lo sintió como una amable amenaza.
—Daisy, ¿ya le contaste esto a Maxim?
—No, todavía no.
—¿Por qué?
—Bueno, primero que nada, la carta es para mí. Y como sabes, Max es un poco irascible. Pensé que sería mejor confirmarlo con usted primero antes de actuar.
—Hmm.
Era un momento delicado para el país. No quería provocar a ese hombre que era como una bomba de tiempo y agrandar los problemas con un comentario sin pensar. Por eso, había acudido a la Anterior Gran Duquesa, una persona mayor y con experiencia y sensatez en la familia, en busca de ayuda.
Nunca había asistido a una reunión de la Asociación de Esposas. ¿Y ahora le pedían que dirigiera un evento de la asociación? Se sentía tan perdida como si un rayo la hubiera golpeado de la nada. Sin duda, al leer el contenido de la carta, parecía que no solo la Asociación de Esposas, sino incluso la Reina, estaban involucradas.
—¿Cómo debo manejar esto?
—Daisy, al contrario, me gustaría preguntarte a ti.
—¿Qué?
—¿Por qué crees que Su Majestad la Reina te designó específicamente a ti?
—Uhm… Si no es una falta de respeto para usted, ¿puedo ser completamente honesta?
—Claro.
Daisy le echó un vistazo a su tía y luego abrió la boca con cautela.
—Creo que su intención es hacerme quedar mal.
‘Realmente eres demasiado honesta’
pensó la Anterior Gran Duquesa, soltando una carcajada ante la respuesta sin rodeos de Daisy.
—¿Estoy pensando demasiado?
—No, es interesante. Cuéntame con un poco más de detalle.
—Quieren que demuestre si soy digna de la posición de Gran Duquesa, ¿verdad? Probablemente esperaban que esto me pusiera en aprietos y por eso me lo enviaron.
Los ojos de Daisy brillaron con astucia.
—Si me niego diciendo que es demasiado abrumador o que esta vez será difícil, dirán que no tengo la cualificación para ser Gran Duquesa. Pero si digo que lo intentaré, buscarán cualquier excusa para criticarme, viendo lo inexperta que soy, volverán a decir que no soy apta para ser Gran Duquesa.
—Una observación bastante perspicaz.
—De cualquier manera, intentarán que parezca incapaz para descalificarme.
Habiendo fallado en manipular a Maxim, es lógico que ataquen por este lado. Y dado que esto ocurre bajo el nombre de la «Asociación de Esposas», sería ridículo que Maxim interviniera abiertamente.
—A esto se le suele llamar un movimiento forzado. Te han acorralado a propósito para que no puedas avanzar ni retroceder.
—Sí. Supongo que Su Majestad la Reina debe haberse sentido incómoda por mi culpa.
—Vaya, también sabes leer la situación. Pensaba que eras una novata que no sabía nada. ¡Maduraste mucho!
La Anterior Gran Duquesa sonrió con satisfacción.
—Entonces, Daisy, ¿cómo piensas manejarlo ahora?
—¿Yo?
—Sí, de todos modos, no hay una respuesta correcta. Aunque te dé un consejo plausible, puede que no sea la respuesta correcta para ti.
La mirada de la Anterior Gran Duquesa hacia Daisy se volvió aún más seria.
—Tú también debes encontrar tu propia respuesta. Yo también he envejecido. No podré estar siempre a tu lado, ¿sabes?
‘Mi propia respuesta’
Después de un breve momento de reflexión ante la pregunta de su tía, Daisy levantó las comisuras de sus labios y le sostuvo la mirada.
—Voy a enfrentarlo directamente. No puedo prometer cómo saldrá, pero no quiero asustarme y huir antes de intentarlo.
—¿Y aun sabiendo que será problemático, vas a enfrentarlo?
—Sí. De todos modos, si tienen la intención de atacarme, que lo hagan sin reservas. Para empezar, no tengo ninguna intención de quedar bien con alguien que ya ha decidido odiarme. Sé que esforzarse en vano no sirve de nada.
Daisy continuó con calma:
—La subasta benéfica no es para Su Majestad la Reina, sino para las personas necesitadas, ¿verdad? La demostración la tengo que hacer ante ellos. De una forma u otra, de todos modos me criticarán, así que haré lo que quiera, ¿qué más da?
—Daisy, eres… tan temeraria.
—Sí, lo soy. Pero, ¿qué se le va a hacer? Así soy yo.
Ya fuera Izzy, o Daisy, o Daisy von Waldeck. No creía que necesitara cambiarse a sí misma.
—Y tía……
—¿Sí?
—No ha envejecido en absoluto. ¡Aún tiene pocas arrugas y la piel tan tersa!
—Tonta, esa adulación……
La Anterior Gran Duquesa chasqueó la lengua, haciendo un sonido de desaprobación ante el comentario insulso, pero no parecía molesta.
—No es adulación. Si sigue diciendo esas cosas, me duele el corazón. Así que no diga palabras débiles y cuide de Waldeck el mayor tiempo posible.
Quizás era entrometido. Pero solo así se sentiría tranquila después de dejar Waldeck.
Si su tía protegiera a Waldeck como una gran montaña, inquebrantable…
Sentía una confianza un tanto ingenua de que, sin importar qué decisiones tomara Maxim en el futuro o qué camino siguiera, mientras su tía estuviera allí, Waldeck permanecería firme.
—Hmm, veamos. Nuestra temeraria Gran Duquesa… necesitará algo de apoyo, ¿verdad?
La Anterior Gran Duquesa soltó una risita y se quitó el anillo que llevaba en el anular izquierdo para dárselo a Daisy. Los ojos de Daisy se abrieron de par en par.
—Toma, acéptalo.
—¿Esto… para mí…?
—Sí, este es mi apoyo.
El gran anillo de zafiro era evidentemente una joya preciosa. El zafiro, finamente cortado y de alta calidad, brillaba resplandeciente bajo la luz del sol.
—¿No es muy caro?
—Claro que lo es.
—Es demasiado para mí. Me basta con sus amables palabras.
Daisy agitó las manos nerviosamente, sabiendo que era un anillo que su tía apreciaba tanto que siempre lo llevaba puesto.
—¿Demasiado para ti? Es el anillo de la señora de la casa de Waldeck, que se ha transmitido de generación en generación. Si no te lo doy a ti, ¿a quién se lo daría?
La Anterior Gran Duquesa le tomó la mano a Daisy y le puso el anillo en el dedo anular izquierdo. Aunque Daisy protestó ruidosamente diciendo que era demasiado, el anillo le calzaba perfectamente en su dedo delgado y pálido.
Qué vergüenza. Daisy apretó los puños para que no se le notaran las puntas de los dedos temblorosas.
—Tía… ¿no le apena?
—¿Qué cosa?
—El matrimonio con la princesa. Siempre deseó que Max se casara con una joven adecuada para el puesto de Gran Duquesa.
Daisy se había acercado a su tía por primera vez después de la «alianza de divorcio». Había sido el resultado de la convergencia de intereses entre Daisy, que quería el divorcio, la Anterior Gran Duquesa, que deseaba que una joven de buena familia se convirtiera en la señora de la casa.
Pero en algún momento, se había formado un nuevo vínculo entre las señoras de Waldeck. Aunque era algo por lo que estar agradecida, si se pensaba de manera práctica, para Waldeck la unión con la Casa Real de Egonía sería la más ideal.
Al ver a su tía, que de repente parecía no importarle eso en absoluto, Daisy no pudo evitar sentirse un poco culpable, pensando si no sería por el cariño. Sabía que esto tenía un final predestinado, y eso hacía que la culpa fuera aún mayor.
—Lo he observado, y no hay nadie más adecuado para este puesto que tú.
—¿Yo? ¿Por qué?
—Porque tú vences a Maxim.
¿Vencer a Maxim? Daisy inclinó la cabeza con curiosidad, la Anterior Gran Duquesa añadió una explicación.
—Él no puede hacer nada contra ti, ¿verdad? A ese chico, que nadie puede controlar, tú lo mueves con una sola mirada. ¿No es así?
—…Bueno, sí, nunca me dejo vencer por él.
—Porque Daisy, tú eres más fuerte que el héroe de Antica. No te desanimes, ¡pisotea a todos y vuelve victoriosa!
¿Podía sentir una calidez tan arbitraria? Sintió un nudo en la garganta y ganas de llorar, pero se contuvo.
Sabía que esa felicidad no le pertenecía, por lo que sintió un poco de tristeza, pero no podía quedarse sentada. Durante el tiempo que le quedaba, intentaría enfrentarlo con todas sus fuerzas. Después de todo, debía evitar que él se uniera a Egonía y se convirtiera en un objetivo para Clean.
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Merry
Aiiii si lo quiere 🤭 gracias por el capítulo Asure!